La hiperhidrosis es conocida como la producción excesiva de sudor, puede presentarse a nivel general de todo el cuerpo o en zonas específicas como axilas, cara, manos o piernas; es generada como respuesta al calor u otros estímulos emocionales que llegan a superar a los estímulos fisiológicos. Esta condición afecta alrededor del 3% de la población a nivel mundial, aunque no parezca relevante, esto puede ir relacionado con alteraciones de salud y condiciones médicas de importancia.
Causas de la hiperhidrosis
Las causas de esta alteración pueden ser diversas, sin embargo, hay algunas más comunes, estas se dividen en dos tipos: primaria y secundaria.
- Hiperhidrosis primaria:
no se tiene una causa aparente y no se encuentra vinculada a ninguna patología de base; por lo general aparece durante la infancia o la adolescencia y se cree que puede estar relacionada con hiperactividad del sistema nervioso simpático. Hiperhidrosis secundaria: se relaciona como resultado de otras patologías o trastornos de base, entre los que se encuentran:
➔ Trastornos endocrinos: el hipertiroidismo o la diabetes pueden generar sudoración excesiva.
➔ Infecciones: algunas infecciones pueden generar sudoración profusa.
➔ Trastornos neurológicos: algunas patologías como el Parkinson o la neuropatía pueden generar afección en el control del sudor.
➔ Medicamentos: los antidepresivos tienen como efecto secundario la sudoración.
Relación con otras enfermedades
Aunque esta condición suele parecer algo insignificante, puede ser un síntoma de una condición grave de salud, entre los que se encuentran:
➔ Enfermedades cardíacas: una sudoración profusa puede ser signo de un ataque cardíaco, y más, si va acompañado de otros síntomas como angina de pecho o disnea.
➔ Cáncer: la sudoración nocturna y excesiva, puede ser parte de la sintomatología de algún cáncer como el linfoma o la leucemia.
Consecuencias psicológicas de la hiperhidrosis
La hiperhidrosis puede impactar de manera negativa la salud mental y emocional de los pacientes; las personas afectadas suelen presentar ansiedad, depresión y problemas de autoestima, todo esto asociado a los olores que genera el sudor y que los lleva a sentirse incómodos, lo que conlleva, a un aislamiento social con el fin de evitar situaciones sociales y entornos concurridos.
Diagnóstico
Para diagnosticar esta condición, es necesario realizar una historia clínica completa y un examen físico exhaustivo de órganos y sistemas para diferenciar entre una hiperhidrosis primaria y una secundaria. En ocasiones puede llegar a requerirse pruebas adicionales que ayuden a confirmar el diagnóstico, entre estas se encuentran:
➔ Técnica del yodo-almidón de Minor: es una prueba simple de método cualitativo que evalúa aproximadamente el volumen de producción de sudor y definir las regiones hiperhidróticas del cuerpo.
➔ Gravimetría: es una técnica que se utiliza en pacientes con diagnóstico incierto, y que puede utilizarse en la rutina clínica, se realiza a través de filtros de papel, pesados antes y después de la prueba, con el fin de determinar el volumen de sudor en un determinado período de tiempo, con un intervalo de descanso de 15 minutos y una temperatura de entre 21º y 25 °c.
Tratamiento
El tratamiento va dirigido según la severidad que presente el paciente y la causa que genere la condición, entre los tratamientos más comunes se encuentran:
➔ Antitranspirantes: productos con cloruro de aluminio para casos leves.
➔ Medicamentos: anticolinérgicos para la reducción de la sudoración, sin embargo, se deben tener presentes sus efectos secundarios.
➔ Bótox: utilizado de manera especial en la hiperhidrosis focal que genera alivio durante algunos meses.
➔ Iontoforesis: utilizado para tratar hiperhidrosis focal en zonas que se puedan sumergirse fácilmente en agua; consiste en el paso de corriente eléctrica a través de la piel
➔ Cirugía: utilizada en casos severos; se realiza una simpatectomía en la cual se cortan los nervios encargados de controlar la sudoración.
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