La salud oral debe ser considerada como uno de los pilares fundamentales para una buena salud en general, por tanto, es importante vigilar que la cavidad oral se encuentre libre de infecciones.
La caries dental es una de las principales alteraciones bucales que se presenta en la infancia, luego de la aparición del primer diente, algunos microorganismos responsables de la aparición de las mismas, pueden migrar a través del torrente sanguíneo y generar alteraciones orgánicas, como por ejemplo, infecciones renales o de válvula cardíaca; mientras que en bebés que aún no presentan dentición, la alteración más común es la candidiasis oral.
Cremas dentales fluoradas
Desde hace algunos años las recomendaciones de cremas dentales en niños menores de 6 años han sufrido variaciones, por lo que muchos profesionales de la salud no tienen clara la información respecto a este tema; como bien es conocido, el flúor posee propiedades anti cariogénicas y antimicrobianas y es utilizado para la prevención y tratamiento de la caries dental, sin embargo, su uso en lactantes y preescolares entre 2 y 5 años ha sido tema de controversia en relación con la fluorosis dental.
Estudios recientes demostraron que las cremas dentales con bajas concentraciones de flúor aumentaron el riesgo de caries en dientes primarios y no disminuyeron el riesgo de fluorosis dental, ya que esta fluorosis podría estar relacionada con la ingesta excesiva de flúor mediante agua o comidas que contengan este elemento.
Aunque aún se requiere mayor evidencia científica que soporte los beneficios y riesgos del uso de cremas dentales fluoradas en esta población, la Academia Americana de Dentistas (ADA), recomienda la implementación del uso de cremas dentales con mínimo 1000 ppm de flúor desde que inician la erupción dental, independientemente del riesgo de caries; el cuidado en la ingesta excesiva de flúor va encaminado en la cantidad de crema que se aplica al momento del cepillado, la cual debe ser de aproximadamente del tamaño de un cuarto de un grano de arroz en lactantes y de un grano de arroz en preescolares, siempre realizando el cepillado bajo supervisión de los padres y después de las comidas con el fin de disminuir la biodisponibilidad de flúor.
Higiene oral
Unos buenos hábitos de higiene oral, incluyen cepillado y alimentación, estos deben establecerse desde edades tempranas, con el fin de contribuir a que en un futuro los niños tengan fomentados estos hábitos y el riesgo de presentar alteraciones dentales infecciosas disminuyan.
Durante las primeras etapas de desarrollo los niños tienen interacción con médicos generales, enfermeras y pediatras, la revisión por parte del odontopediatra se da alrededor del año de edad, por lo que es muy importante que desde la parte médica se enfatice en la importancia de la higiene bucal del bebé por parte de sus cuidadores.
Lo recomendable es que la higiene oral inicie desde la lactancia y bajo supervisión de un adulto hasta los 10 años aproximadamente, algunas de las recomendaciones que se deben brindar a los acudientes son las siguientes:
- Población lactante sin dentición: Es importante realizar la higiene oral en bebés, independientemente de si presentan o no dientes, para evitar que se presenten alteraciones como la candidiasis oral a nivel de carrillos, lengua y paladar, teniendo un mayor factor de riesgo los lactantes con alimentación mixta (fórmula y lactancia) o los lactantes de únicamente fórmula debido a la cantidad de azúcares que presenta esta leche.
¿Cómo realizar la higiene en esta población?
Se recomienda humedecer una gasa con agua o suero fisiológico y enrollarla en el dedo pasándola suavemente por las encías, carrillos y lengua.
- Población lactante con dentición: Es importante precisar, que aunque la leche materna no es potencialmente cariogénica también presenta glucosa en su composición y cuando esta se prolonga en tomas nocturnas a libre demanda sin medidas higiénicas, si puede producir caries dental; además de que para esta edad los pacientes por lo general ya han iniciado su alimentación complementaria, es importante prevenir el consumo de alimentos con azúcares añadidos, jugos o una gran cantidad de ingesta de harinas. De igual manera, se debe enfatizar a los padres, cuidadores o acudientes el cuidado que se debe de tener con los dientes de leche, derribar el mito de que “no es importante cuidarlos porque se caen y nacen otros” y recordarles que estos dientes sirven como guía para los dientes permanentes además de que se evita la aparición de infecciones y dolor.
¿Cómo realizar la higiene en esta población?
Desde el momento en que erupcione el primer diente, es importante comenzar a cepillarlo con un cepillo de cerdas de nylon suaves acompañado de una pequeña cantidad (un cuarto del tamaño de un grano de arroz) de crema dental con una concentración mínima de 1000 ppm de flúor y luego del cepillado retirar la crema con una gasa para evitar la ingesta de la misma, este procedimiento se recomienda realizarlo 2 veces al día, priorizando un cepillado nocturno.
De igual manera, es importante recalcar a los padres, acudientes o cuidadores, que no se debe dejar acostar a los niños tomando el tetero u otro tipo de alimentos si no hay posibilidad de realizar un cepillado posterior a su ingesta, ya que esto favorece la formación de caries dental, también enfatizar en la regulación del consumo de alimentos azucarados y pegajosos. Se debe recomendar visitar por primera vez al odontopediatra al cumplir el año de edad o antes, si ya presenta dentición y seguirlo visitando con regularidad según los tiempos que este recomiende.
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